Etapa 28: Santiago de Compostela v2.0
Viernes 5 de Abril del 2019
Hola,
Finalmente, después de 28 etapas, llegué a Santiago de Compostela -por segunda vez en este viaje- ahora entrando a la Praza do Obradoiro por la puerta del poniente, que es la del camino a Finisterre. Se completaron los 732 kilómetros oficiales, que marcan la ruta Lisboa-Finisterre.
La última etapa estuvo padrísima, la disfruté muchísimo. Nuevamente estuvo pasada por agua todo el día, pero la ruta entre Negreira y Santiago de Compostela, desde mi punto de vista, es una de las etapas más bonitas.
Hoy estuvo frío todo el día, con lluvia que iba y venía. Salí pasadas las 8 de Negreira, después de café y croissant, y la temperatura no subió de los 5 o 6 grados. No me tocó a mí, pero en algunas partes acaba de granizar y el hielo estaba en el camino. Y aun así, disfruté mucho la caminada.
Me parece que el secreto está en una buena capa, que cubra la mochila inclusive. Hace toda la diferencia para mantener seco el cuerpo. Eso sí, no se puede hacer nada con botas, calcetines, perneras y manos. Lo más difícil para mí es caminar con los calcetines mojados y los pies fríos. Sin embargo, así es el camino. Hoy tocó lluvia y así se camina.
El paisaje de hoy fue espectacular. Se empieza por áreas abiertas como las de ayer, para ir subiendo a zonas más boscosas, sobre todo robles y pinos. La llegada a Ponte Maceira es increíble, con su puente del Siglo XIII sobre el río Tambre. A partir de ahí, casi toda la etapa es en un bosque principalmente de robles -mis favoritos- .
Y finalmente la llegada a Santiago. Puedo decir sin temor a equivocarme, que de todas las entradas a la ciudad, esta es por mucho, la más bonita. En todos los caminos restantes (francés-norte y portugués) no se puede evitar la zona suburbana. Pero en éste, se llega por una barranca arbolada, que te conecta directamente en unos cuantos cientos de metros al casco viejo. Estuvo padrísimo.
Tengo que reconocer que la lluvia tiene su aspecto positivo: ahuyenta turistas. Primera vez que veo a Santiago sin tanta gente. Eso sí, con los zapatos húmedos. Ni modo. No se puede todo.
Les dejo algunas fotos de la ciudad, que es Patrimonio Cultural de la Humanidad. Ya acabaron la restauración de la fachada de la catedral, pero el interior se encuentra en obra. Creo que es para preparar el próximo Xacobeo. Sin embargo, lo que más me gusta es el claustro de la universidad.
Ya con la ruta completada, en la próxima entrega les cuento sobre Finisterre y su faro.
Abrazo
Hola,
Finalmente, después de 28 etapas, llegué a Santiago de Compostela -por segunda vez en este viaje- ahora entrando a la Praza do Obradoiro por la puerta del poniente, que es la del camino a Finisterre. Se completaron los 732 kilómetros oficiales, que marcan la ruta Lisboa-Finisterre.
La última etapa estuvo padrísima, la disfruté muchísimo. Nuevamente estuvo pasada por agua todo el día, pero la ruta entre Negreira y Santiago de Compostela, desde mi punto de vista, es una de las etapas más bonitas.
Hoy estuvo frío todo el día, con lluvia que iba y venía. Salí pasadas las 8 de Negreira, después de café y croissant, y la temperatura no subió de los 5 o 6 grados. No me tocó a mí, pero en algunas partes acaba de granizar y el hielo estaba en el camino. Y aun así, disfruté mucho la caminada.
Me parece que el secreto está en una buena capa, que cubra la mochila inclusive. Hace toda la diferencia para mantener seco el cuerpo. Eso sí, no se puede hacer nada con botas, calcetines, perneras y manos. Lo más difícil para mí es caminar con los calcetines mojados y los pies fríos. Sin embargo, así es el camino. Hoy tocó lluvia y así se camina.
El paisaje de hoy fue espectacular. Se empieza por áreas abiertas como las de ayer, para ir subiendo a zonas más boscosas, sobre todo robles y pinos. La llegada a Ponte Maceira es increíble, con su puente del Siglo XIII sobre el río Tambre. A partir de ahí, casi toda la etapa es en un bosque principalmente de robles -mis favoritos- .
Y finalmente la llegada a Santiago. Puedo decir sin temor a equivocarme, que de todas las entradas a la ciudad, esta es por mucho, la más bonita. En todos los caminos restantes (francés-norte y portugués) no se puede evitar la zona suburbana. Pero en éste, se llega por una barranca arbolada, que te conecta directamente en unos cuantos cientos de metros al casco viejo. Estuvo padrísimo.
Tengo que reconocer que la lluvia tiene su aspecto positivo: ahuyenta turistas. Primera vez que veo a Santiago sin tanta gente. Eso sí, con los zapatos húmedos. Ni modo. No se puede todo.
Les dejo algunas fotos de la ciudad, que es Patrimonio Cultural de la Humanidad. Ya acabaron la restauración de la fachada de la catedral, pero el interior se encuentra en obra. Creo que es para preparar el próximo Xacobeo. Sin embargo, lo que más me gusta es el claustro de la universidad.
Ya con la ruta completada, en la próxima entrega les cuento sobre Finisterre y su faro.
Abrazo
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