Etapa 27: de Olveiroa a Negreira

Jueves 4 de Abril del 2019

Hola a todos,

¡Ya casi acabo este reto! Estoy a tan solo 20kms de finalizar. Hoy llegué a Negreira, ya en las puertas de Santiago de Compostela. De veras que mi alto sentido del deber requiere terapia...

Para que Galicia esté verde, se necesita agua. Y hoy cayó harta. Todo el día. No me pude quitar la capa más que para tomar un par de tazas de café. Qué manera de llover. La gran diferencia contra ayer es que el viento estuvo más moderado, pero hoy hubo mucho más agua, helada. Llegué con botas, calcetines y perneras empapados. Quién diría que los días más complicados fueran exactamente los últimos.

Fue un día largo otra vez, de 32kms. No habia opción de cualquier manera. Salí de Olveiroa a las 8, con el estomago contento. El bar del albergue tenía tortilla de patatas. Se me quedaron viendo como si estuviera loco: aquí lo que se desayuna son café y tostadas (con mermelada, quizá con aceite de oliva), pero la tortilla es para después. Para mí no. Qué maravilla.

La de hoy fue una etapa dura porque hay que pasar al lado del embalse de Fervenza.  No hay caminos directos entre los pueblos. Por lo tanto, gran parte del día transcurre en zonas rurales y de pastizales. Hoy las vistas estuvieron limitadas por la niebla y la lluvia, pero el campo está muy bonito. La última parte, que es la bajada a Negreira, se hace por zona bocosa de robles principalmente. Muy padre.

Como vengo en sentido contrario (soy el único loco), me pude dar cuenta del número de personas que van hacia Finisterre, ya que me tuve que cruzar con todos ellos. Para mi sorpresa, no fueron muchos, quizá hayan sido unos treinta. A lo mejor el mal tiempo nos anima solo a unos pocos locos.

Quizá la mayor complicación está en las señales: están hechas para que la gente vaya hacia Finisterre, no venga de allá. Por lo tanto, es común encontrarse en cruceros con la marca hacia Finisterre (que es por donde vengo), pero no me dice para donde ir. Varias veces tuve que intentar dos o tres alternativas. Una lata, pero afortunadamente todo salió bien.

Nuevamente llegué al albergue cerca de las 4. Afortunadamente hay lavadora y secadora, y aproveché para echar toda la ropa. La mitad viene empapada.

Mañana acabo los últimos 20 kms, por lo que pienso llegar a Santiago de Compostela alrededor de mediodia, por si quieren ir a echar porras.

Sigo vivo, contento y con ganas de terminar. Van las fotos de otro gran día, mojado.

Abrazo
















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