Etapa 20: de Mougás a Saiáns

Jueves 28 de Marzo del 2019

Hola de nuevo,

¡Cómo disfruto Galicia! Es una maravilla. Entre su gente, sus costas, sus pueblos, su comida y su vegetación. Me parece que su gente tiene una calidad de vida estupenda. Trataré de resumir tantas cosas que vi hoy.

Salí temprano de Mougás, quizá porque todavía traigo el horario de Portugal. Para hoy, el camino marcaba como alternativa la ruta tradicional por el monte o bien una senda costera un poco más larga hasta Baiona, para los primeros 14 kms. Me fui por la costa. Qué maravilla. Otra ciclopista padrísima que harta gente usa para correr o andar en bicicleta viendo al mar en todo momento. Lo único que faltó fue café pero por lo demás lo disfruté mucho.

En Baiona me metí al primer bar que me encontré para mi religiosa tortilla de patatas y café. Estaba buenísima.

Ya con el corazón y la panza contentos, me puse a pasear por la marina. Qué bonito pueblo con su parador histórico, la fortaleza de Monterreal. De ahí el camino nuevamente pedía montaña, pero decidí irme por una zona ecológica que tiene otra ciclopista hasta Ramallosa. Vieran la cantidad de patos que hay. Estando ahí me tocó que pasara una caravana de niños ciclistas: podrían haber sido más de 300... hasta adelante llevaban a los discapacitados y con síndrome de Down, y después el contingente. Por supuesto, escoltados por la policía. No saben lo orgullosos que iban. Todo un agasajo.

En Ramallosa me detuve para otro café e iniciar la ultima parte del día por el camino tradicional, que va pasando por casonas antiguas y pueblos pequeños. Lo que me llamó más la atención fue, como ya había mencionado, el color de los robles: tardan en brotar hoja, pero lo hacen de un color verde limón. Por cierto, hoy otro caballo me vino a saludar.

Hoy decidí caminar 7kms de más sobre lo que marca la guía, ya que la etapa oficial marcaba solo 16. Así que estoy en un pueblo de la costa que se llama Saiáns, prácticamente desconocido por la horda de extranjeros que vienen (venimos) haciendo el camino. El albergue es pequeño, de 8 camas, pero está impecable. Hace diferencia el apoyo de la Xunta de Galicia, que se preocupa de cuidar el patrimonio histórico y cultural del camino. Hasta la hora que escribo ésto, cerca de las 6 de la tarde, tengo el albergue para mí solito. Una maravilla.

Salí a comer al restaurant de enfrente: Pasta con atún, ensalada y albóndigas. Vino para acompañarlos. Café largo cortado para terminar. Cómo se sufre en estas tierras.

Estoy a 201 kms de Finisterre. Ya estoy en el último tercio. Van las fotos de otro gran día.

Abrazo

























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