Etapa 18: De Viana do Castelo a Caminha
Martes 26 de Marzo del 2019
Hola de nuevo,
La de hoy fue una etapa larga, de más de 28 kms. Última etapa en Portugal. Me encuentro justo en el río Miño, que es la frontera con España. Pero me estoy adelantando.
Desperté muy temprano y lo aproveché estando en el camino a las 6:30. La primera parte fue salir de Viana do Castelo por áreas urbanas, hasta llegar a Areosa. Ahí me perdí. Nunca vi las señales y bajé hasta una carretera local. Cuando me di cuenta, tenía que aventarme la cuesta de regreso, por lo que decidí caminar por la carretera hasta Carreço y retomar el camino. La ventaja fue que me paré en un café, cuando la ruta oficial no incluía nada. Como he dicho, la vida sin café no es vida.
Después de Carreço, empieza una cuesta prolongada, por áreas de bosque. Predominaron hoy los pinos, los eucaliptos y los robles. Uno que otro alcornoque. Me llamaron la atención varias quintas muy grandes que están abandonadas. De igual forma, me sigue impresionando lo limpio del agua de los arroyos que bajan al mar. Se ven claramente las piedras del fondo.
Para las 10:30 ya llevaba 4 horas caminando y me encontré un bar con bolinhas de bacalhau: croquetas. Como eso no se puede acompañar con café, pues ni modo: cerveza. No saben que maravilla. Todavía me las estoy saboreando.
Salí al mar a la altura de Ancora, para los últimos 8 kms bordeando el mar, hasta la desembocadura del Miño y llegar a Caminha. Mi intención era cruzar temprano en el ferry hacia España y dormir en A Guarda. Pero el ferry está en mantenimiento, y cuando llamé a un lanchero para que me cruzara me dijo que estaba dos kilómetros y medio atrás. No es para tanto. Decidí quedarme en Caminha y cruzar temprano. Por cierto, el monte que se ve en las últimas fotos es Santa Tecla, en España.
Con esto, me despido de Portugal. La siguiente reseña ya debe ser desde Galicia. Llevo 483 kms, y tengo todavía por delante 249.
Van las fotos de hoy. Me gustaron mucho.
Abrazo
Hola de nuevo,
La de hoy fue una etapa larga, de más de 28 kms. Última etapa en Portugal. Me encuentro justo en el río Miño, que es la frontera con España. Pero me estoy adelantando.
Desperté muy temprano y lo aproveché estando en el camino a las 6:30. La primera parte fue salir de Viana do Castelo por áreas urbanas, hasta llegar a Areosa. Ahí me perdí. Nunca vi las señales y bajé hasta una carretera local. Cuando me di cuenta, tenía que aventarme la cuesta de regreso, por lo que decidí caminar por la carretera hasta Carreço y retomar el camino. La ventaja fue que me paré en un café, cuando la ruta oficial no incluía nada. Como he dicho, la vida sin café no es vida.
Después de Carreço, empieza una cuesta prolongada, por áreas de bosque. Predominaron hoy los pinos, los eucaliptos y los robles. Uno que otro alcornoque. Me llamaron la atención varias quintas muy grandes que están abandonadas. De igual forma, me sigue impresionando lo limpio del agua de los arroyos que bajan al mar. Se ven claramente las piedras del fondo.
Para las 10:30 ya llevaba 4 horas caminando y me encontré un bar con bolinhas de bacalhau: croquetas. Como eso no se puede acompañar con café, pues ni modo: cerveza. No saben que maravilla. Todavía me las estoy saboreando.
Salí al mar a la altura de Ancora, para los últimos 8 kms bordeando el mar, hasta la desembocadura del Miño y llegar a Caminha. Mi intención era cruzar temprano en el ferry hacia España y dormir en A Guarda. Pero el ferry está en mantenimiento, y cuando llamé a un lanchero para que me cruzara me dijo que estaba dos kilómetros y medio atrás. No es para tanto. Decidí quedarme en Caminha y cruzar temprano. Por cierto, el monte que se ve en las últimas fotos es Santa Tecla, en España.
Con esto, me despido de Portugal. La siguiente reseña ya debe ser desde Galicia. Llevo 483 kms, y tengo todavía por delante 249.
Van las fotos de hoy. Me gustaron mucho.
Abrazo
Comments
Post a Comment