Etapa 12: de Águeda a Albergaria a-Nova

Martes 19 de Marzo del 2019

Hola,

Creo que ya encontré una de mis misiones en esta vida. Algún día tengo que regresar al "caminho portugués" con un bote de pintura amarilla para mejorar las señales y ayudar a los peregrinos a no perderse. Y no es que me haya perdido hoy; la verdad, no me salí de la ruta. Pero varias veces durante el día respiré aliviado al ver una marca, para sentirme de nuevo en la angustia unos cuantos metros adelante. Es frecuente llegar a un cruce de caminos y no tener marca alguna. Afortunadamente hoy tuve suerte con mis corazonadas. Chequen la última foto y busquen la señal. Les juro que hay una.

Fuera de lo anterior, el día fue fantástico. Ya mencioné que las etapas maratónicas quedaron atrás, por lo que para hoy fueron sólo 24 kms. Vaya, un día de campo. Con decirles que por primera vez en todo el camino, llegué al albergue antes de las 2. Una maravilla. Pude lavar ropa y tenderla al sol, algo inusual hasta ahora.

Hoy caminé por la Vía Romana XVI... y lo supe gracias a la guía que voy cargando. Se siente padre transitar por una calzada con tanta historia, pero casi nadie lo nota. De hecho, al comentarlo en la tarde con otros caminantes, me dijeron que no se habían dado cuenta. Quizá una placa valdría la pena.

Las que también estuvieron padrísimas fueron las "casas brasileiras", que no son otra cosa que lo que se conoce como "casas de indianos" en el norte de españa: gente que se fue a "hacer las américas" y que regresó a su pueblo con dinero para hacerse mansiones. La gran mayoría de ellas construidas a finales del siglo XIX o principios del XX. Lamentablemente muchas de ellas parecen abandonadas.

Lo que también estuvo muy bonito fue el paso por Albergaria a-Velha, pueblo que fue originado por un hospital de peregrinos del Siglo XII,
mandado a hacer por la madre del rey en turno, Doña Teresa. De ahí el nombre. De los edificios históricos no queda rastro, pero el pueblo me pareció muy bonito por sus magnolias en la calle principal, así como por su plaza.

Para hoy no podré subirles foto de la cena; estoy en medio de ningún lugar y no pienso caminar 3 kms para ir a cenar. Me contentaré con un bocadillo de jamón y queso. Yo lo disfruto igual.

Por cierto, sigo caminando solo, pero en las últimos tres albergues hemos coincidido un inglés: Sean, una gringa, Rebecca y una alemana, Almut. Cada quién a su paso y a su propio horario. Sean y yo preferimos salir a primera hora y ellas prefieren caminar más tarde. En gustos se rompen géneros. Mientras tanto, hoy me acompañó la música de Bethoven y Bosé, para el desempance.

Van las fotos de un día espectacular.

Abrazo

















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